jueves, 29 de octubre de 2009

desastres naturales





El cambio climático incrementará los desastres naturales en el planeta
Ascenderá el nivel de los mares y aumentará la temperatura
El efecto devastador del cambio climático en las poblaciones costeras fue predicho por científicos de más de cien países reunidos en el Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC), que estimaron que ascenderá dramáticamente el nivel de los mares.
Stromboli, la isla del sudoeste de Italia,5 de abril 2003. Foto: Reuters
Erupción en mayo de 1993. Foto: Steve O'Meara
De acuerdo con estas previsiones, miles de ciudades e islas correrán grandes riesgos. En el informe mundial sobre desastres de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se anuncia que en los próximos 20 años las estimaciones de costos por desastres climáticos oscilarán entre los 6 billones y los 10 billones de dólares.
Esta cantidad representa un porcentaje diez veces superior a la ayuda destinada a los países menos adelantados del mundo, que son los que sufrirán las peores consecuencias.
"Las emisiones de anhídrido carbónico per cápita en los Estados Unidos son 300 veces superiores a las de Mozambique", ejemplificó el informe.
Una de las consecuencias de este azote será lo que se conoce con el nombre de "refugiados ambientales". "Los desastres naturales incluyen sucesos tales como sismos, erupciones volcánicas y sequías, así como otras catástrofes que pueden ocasionar presiones sobre las poblaciones, que deben refugiarse en otra parte del mundo", dijo el coordinador del Movimiento Argentino Ecológico, Alberto Bertona.
Por otra parte, la Oficina Meteorológica Británica anunció ayer que 2003 podría ser el más caluroso de la historia documentada, con un aumento de la temperatura de 0,55 grados con relación a la media registrada entre 1961 y 1990.
Este organismo predice que la temperatura global en los próximos doce meses superará la alcanzada en 1998, hasta la fecha el período más cálido debido al efecto que provocó en todo el planeta el fenómeno climático conocido como El Niño.
El año 2002, a su vez, resultó el segundo año más caluroso de la historia documentada. Según las estadísticas, nueve de los diez años más calurosos de todos los tiempos se incluyen en el período que va de 1990 a la actualidad.
Agencias Télam y AFP
DESASTRES POR CAUSAS METEOROLÓGICAS
En algunas circunstancias el comportamiento de la troposfera alcanza condiciones extremas. Esto genera verdaderas catástrofes, ya que el exceso de precipitaciones, en un cdrto lapso origina inundaciones. La falta de lluvias de manera irregular da lugar a sequías, que muchas veces coinciden con olas de calor. Las olas de frío causan las nevadas extraordinarias, las heladas tardías y también producen jiérdidas económicas, especialmente en la agricultura. Otro desastre por causas meteorológicas lo constituyen las granizadas.
Las nevadas perjudican la economía pues bloquean los caminos, principalmente en las zonas montañosas a alturas considerables, como los Alpes, los Andes argentino-chilenos. Producen gran mortandad de animales en los países menos desarrollados (donde no se practica la cría a galpón), pues no sólo mueren de frío sino también de hambre al quedar las pasturas cubicrtas por la nievc.

viernes, 23 de octubre de 2009

temblores y terremotos

Origen
El origen de los terremotos se encuentra en la acumulación de energía que se produce cuando los materiales del interior de la Tierra se desplazan, buscando el equilibrio, desde situaciones inestables que son consecuencia de las actividades
volcánicas y tectónicas, que se producen principalmente en los bordes de la placa.
Aunque las actividades tectónica y volcánica son las principales causas por las que se generan los terremotos, existen otros muchos factores que pueden originarlos: desprendimientos de rocas en las laderas de las montañas y el hundimiento de cavernas, variaciones bruscas en la
presión atmosférica por ciclones e incluso la actividad humana. Estos mecanismos generan eventos de baja magnitud que generalmente caen en el rango de microsismos, temblores que sólo pueden ser detectados por sismógrafos.


Principales conceptos
El punto interior de la Tierra donde se origina un temblor se denomina hipocentro o foco, y el de la superficie terrestre, directamente por arriba del foco, epicentro. Normalmente es en la vecindad del epicentro donde se observa la mayor intensidad del temblor. La profundidad a que se encuentra el foco de un sismo varía desde unos cuantos kilómetros hasta algo más de 650 kilómetros.
La distancia entre el epicentro de un temblor y el punto de observación se conoce con el nombre de
distancia epicentral. Para sismos cercanos a la estación de registro, la distancia se mide en kilómetros. Para epicentros muy lejanos, la distancia se mide en grados. Según esa distancia, los temblores se clasifican como temblores locales (hasta 100 km), temblores regionales (hasta 1,000 km) o telesismos (más de 1,000 km).
Por la profundidad a la que se originan, los temblores se clasifican como temblores superficiales (0 a 60 km), 'intermedios (61 a 300 km) o profundos (301 a 650 km). Se ha observado que la mayor parte de los epicentros sísmicos están distribuidos en áreas de grandes trincheras oceánicas, y que los hipocentros correspondientes yacen sobre planos inclinados que son paralelos a fallas geológicas cuyas dimensiones alcanzan a ser hasta de 650 kilómetros de profundidad y 4,500 km de longitud. La profundidad focal tiene gran importancia en los efectos que produce el temblor. Los sismos de foco superficial actúan sobre áreas reducidas, pero sus efectos son considerables, pues las ondas sísmicas apenas se atenúan antes de llegar a la superficie. En cambio, los de foco profundo afectan a zonas mucho mayores, pero la intensidad, en igualdad de magnitud, es menor, debido a que las ondas sísmicas llegan más debilitadas a la superficie.
Existen sismos oscilatorios cuyo movimiento es horizontal o fundamentalmente horizontal, y se produce un balanceo de un lado a otro, y sismos trepidatorios, en los que el movimiento es vertical o fundamentalmente vertical, es decir, de arriba hacia abajo. Estos últimos pueden provocar que algunos objetos sean lanzados al aire.