lunes, 2 de noviembre de 2009

Los bogotanos, 'sacudidos' por un simulacro de terremoto


BOGOTÁ — Los bogotanos se volcaron el viernes a las calles en un simulacro de un sismo de 6,2 grados Richter, que las autoridades de la capital colombiana organizaron ante el riesgo de que esta ciudad de siete millones de habitantes sea sacudida por un terremoto.

El operativo se inició a las 11H00 locales (18H00), cuando estaba previsto que la ciudad sería "sacudida" por el sismo y, de inmediato, unos 3,5 millones de habitantes de la ciudad evacuaron presurosos edificios, viviendas y oficinas, según estimaciones de las autoridades locales.

De inmediato, actuaron unos 700 rescatistas colombianos y de siete países latinoamericanos y Estados Unidos, para atender a 25.000 heridos que se presume podría dejar el sismo, en el que podrían haber muerto 4.500 personas y unas 120.000 edificaciones podrían haberse derrumbado.

En 80 puntos diferentes de la ciudad se simularon los operativos, incluida una emergencia aérea en el aeropuerto internacional Eldorado de Bogotá, y numerosos accidentes de tránsito en las principales vías de la ciudad.

Sin embargo, no todos los bogotanos respondieron como debían al simulacro. En el centro de la ciudad, donde 35.000 personas evacuaron sus oficinas, algunos aprovecharon para tomar un café y tirarse al sol. "Para nosotros es más como un descanso del trabajo. Si de verdad hubiera un terremoto, las cosas no serían tan calmadas, la gente estuviera corriendo por todas partes", dijo a la AFP María Perdomo, empleada de un centro comercial.

El alcalde de la ciudad, Samuel Moreno, en declaraciones a los periodistas, consideró que, pese a que "nunca una ciudad está preparada para una tragedia", el simulacro le permitió a la gente "saber qué hacer, a dónde acudir y saber que tienen que alejarse de las estructuras que pueden colapsar".

El simulacro buscaba concienciar a los bogotanos del riesgo de que la ciudad sufra un terremoto, ya que, según el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas), se encuentra en una zona con un riesgo medio de terremotos.

El simulacro le costó a la ciudad 1.200 millones de pesos (unos 635.000 dólares).

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